jueves, 19 de mayo de 2011

LA ISLA DE LA SIRENA DE LAS ESCAMAS DE FUEGO (1995 Colección elefante en el bazar)





la isla de la sirena de las escamas de fuego

"cada objeto sirve de paraíso"
A. Breton / P. Soupault



la isla


la isla de la sirena de las escamas de fuego
los loros de 3 picos que relampaguean en la noche
y los perros fantasmales que lamen las húmedas piernas de los fornicadores y de los alucinados.
 
la isla de los lagartos que fundan el silencio
y las inmensas tortugas que velan el sueño de los náufragos bellos y desnudos.
 
la isla de los dátiles que provocan las visiones más calientes
y los cocoteros rigurosos que anuncian a los marinos su detención terrestre.
 
la isla del faisán imperial en quien dios posa los ojos.
la de las aguas que reciben cada octubre a la ballena azul que tiñe al mar.
 
la isla donde los viejos se desploman sin aliento -cada ocaso-
con la blanda mueca del humo en sus rostros de fumadores de exóticas hojas.
 
la isla donde los mercaderes recorren largas distancias
pero son pacientes y recios como caballos cibernéticos.
 
la isla donde las hermosas boticarias se conservan ágiles y solteras
y en las noches de tormenta se abrazan con indecible furia
a los troncos descomunales de los plátanos.
la isla donde los plomeros llevan en sus valijas panes y tenazas
y mujeres diminutas, en donde los fakires tienen sindicato
y orejas picantes y aceitosas de gruyere.
 
la isla donde las astrólogas caminan descalzas con paso de imbatible samurai
y caen sobre los adolescentes desprevenidos como el agua secreta de la melancolía.
 
la isla donde los leones clandestinos del alcohol
mueven la cabellera de las mulatas ardientes
las de las grandes tetas y las caderas como trasatlánticos de cobre.
 
esta isla donde es posible ser feliz hurgando entre las cosas que olvida la marea.
 
la isla de la sirena de las escamas de fuego
ella
la noble señora de los arrecifes
la santa que alimenta los peces
y enloquece a los viajeros
con el zumo lechoso de su lengua.





 


sobre los objetos hallados en la costa. I


de la percha del confín del mundo colgaba su ojo
su ojo desmoronaba
su ojo provocaba la catástrofe del sueño de arena.

el inmóvil ojo de ginebra
el ojo ancho y bello como un mural de Orozco
(no el ojo usina)
(no el ojo atalaya)

el ojo de persianas de agua
el ojo transparente como el grito de un ahogado
el ojo dibujado con bestias de Altamira
el ojo con pupila de océano lunar.

el ojo fijo de líquido violento
en ojo fijo de líquido endurecido.

su feroz ojo de vidrio
ahora sobre la playa
pesado y detenido
como el huevo de un albatros de amatista.




 



II  (bird live´s)


he aquí el zapato negro del negro pájaro de Kansas.

en él se pueden oír:
         el abrir y cerrar de los párpados del encantador de serpientes
         el dedo del jardinero batiendo la casa de los escarabajos
         la rodadura final en los durísimos labios de un viejo
y cansado trompetista
         el jadeo de una vendedora de cosméticos en la mente
de un hombre desesperado
         el roce de los dedos acariciando la copa en un pub
solitario de la calle 52
         el mortal jaque de un blues clavándose en la ojera
del amante
         el rugido de un cádillac de piernas afiladas demoliendo
la torre del bebop

hoy el zapato negro
es un animal delicado de cabellos de sal
flotando sobre la arena
con la arrogancia de una cama de bronce.





 


III


en la botella tirada en la costa está escrito que la verdad
en boca de los locos es incontenible como un gallo
de pólvora pero en la de los sabios se hace lenta
y grave y le crece una larga barba y le salen dientes
y pestañas de lluvia.

en la botella tirada en la costa son más bellos los puertos
         a la hora en que los mástiles anticipan el alba. hay
         en ella historias de antiguos reyes que vestían harapos
y sólo sabían del amor y es por esto que fueron
destronados.

en la botella tirada en la costa una voz dice que en cada bar
hay un hermoso país en el cual todos los hombres son
iguales y otra voz grita: ¡vivan los contrabandistas!

en la botella tirada en la costa hay además canciones de piratas
         y mercados y amuletos y la red del viejo pescador
         Schiltgheim y un crepúsculo y un ancla y un poeta.

en la botella tirada en la costa un silbido anuncia cada maravilla
         como lo hacen los trenes violetas los árboles del sur
         el enjambre invisible del alcohol.

(fue hallada muy cerca de un cormorán marino
con la cabeza inclinada por última vez)





 


IV


el anillo de piedra Málaga es un pincel que sirve de casa para
los toros de Miura. refresca la planicie donde se libran
las batallas más heroicas del vino y las guitarras. calma
la punzada que desciende vertical hasta los labios
aceitosos del añil.

el anillo de piedra Málaga entra de puntillas en la sed de la
         hermosa que sobre los maderos de los bodegones canta
         y sueña. avanza incontenible por la tela como el zarpazo
         de un tigre nuclear.

el anillo de piedra Málaga ilumina la voracidad del lobo por la
niña. es una bocanada de alcohol fresco en la frente de los
que nacen cansados. sacude el corazón de las mujeres tristes
para que asome la más bella música de los fenomenales
pezones planetarios.

el anillo de piedra Málaga vomitó el Guernica.

el anillo de piedra Málaga brilla entre coral y espuma como el
         ángel salvaje del orgasmo.




 



monólogo del náufrago


“la lluvia lava al mar y el olvido con sus colmillos de herrumbre
ha socavado la memoria de los viajes pero a través de la mirada de
la ballena humeante aún puedo evocar algunas cosas:

recuerdo por ejemplo a camaradas que aguardaban desatadas pasajeras
alistando los músculos de fósforo y los alegres tatuajes encendidos.

llegaron las hembras con sus gritos y sus vientres de amargo tabaco
y sus cabellos de sándalo y de música radiante y el mundo era
un puerto que flotaba delicado y blando como el ojo de un pez.
después sobre las mesas de la taberna maldita ellas una a una se fueron
derramando igual que la oscura copa del desdén.
cuando todas partieron quedaron los marinos altos y sombríos
deambulando por cubierta con la nostalgia de los blancos campanarios.
más tarde en alta mar o en alta muerte los recuerdo con sus capas
de tormenta y sus manos de tribu escandalosa intentando abrigarnos
del desastre.

los último que vi del barco aquel es que giraba y giraba alrededor
de los pechos de dios.”





 


postales detalladas


1-      en la primera observamos a esta niña. nadie sabe su nombre.
dicen que es la hija natural de la sirena de las escamas de fuego.
tal vez por la mirada que –suelen murmurar- jamás fue alcanzada
siquiera por una sola esquirla de la noche. ama únicamente a los
más desvalidos. cura sus heridas. lame todo mal. adora sus cuerpos
bajo los puentes y entre las guirnaldas agitadas de las fiestas, en el
malecón, las escolleras o en el verde flotante de la selva. en ella no
hay tinieblas, solo luz. quizá por esto se entrega suavemente a los
inocentes, los pordioseros, las verduleras, los erramundos alucinados.
su voz entona los 3 himnos de la isla y hasta las brújulas estrictas
desvarían: “la ronda de los filibusteros”, “la polka de las botellas
vacías” y “la canción de la desnuda de las aguas”. se dice que una
vez amó a un poeta rey de tabernas y estimulantes en cuya nariz
cabía toda una ciudad, en cuyo hígado cabía todo un alambique,
en cuya lengua cabía toda una mujer. pero esa es una historia
dolorosa y esta postal no habla de matanzas. sólo de su cuerpo.
del extenuante clima de su cuerpo como otra isla donde el sol
–a la hora del ardor- definitivo cae.




 


2-      aquí se puede ver la popular taberna “del tonelero escarlata”.
en ella se reúnen a diario personas de las más variadas índoles.
este lugar de placer es amenizado por panaderos cantores y
tarotistas desnudas. en cada velada el cantinero toca en el
acordeón suaves melodías pasadas de moda para captar a
los transeúntes melancólicos que vagan por la noche con su
aleación de sed y piedra en la palabra. a última hora del fin
de cada mes se les permite la entrada a las solteronas por causa
de los breves alpinistas que descuelgan de sus ojos. tras pocos
minutos de oír las voces de los rudos marinos ellas huyen
despavoridas en total desorden por las calles y con la espalda
en llamas. a este raro fenómeno los nativos de la isla lo denominan:
la crisis de los horrores lumínicos.





 

3-      en la última, la sirena de las escamas de fuego lava y frota
en los corales la ropa íntima de las pequeñas vírgenes. acto que
realiza en un sector donde se alternan tres corrientes marinas y
hay una gran efervescencia, aunque no se sabe si ésta se produce
por las corrientes mismas o por el líquido que se desprende de
las ropas en cuestión. la mixtura de las sales diferentes da en la
tela un extraño producto que provoca en el sexo de dichas
criaturas un deseo o impulso o calentura que desde los siete
años les hace librar peces y a partir de los once: niños de colores.















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